La mañana se ha levantado fría, pese a los meses en los que
estamos. Fría, como el interior de la taberna. Sola y abandonada. Cuesta volver
a engrasarse en esto de juntar un par de letras. ¿abandonada? digamos que un
periodo largo de ausencia sin tirar cañas, ni servir mis especiales tapas.
El personal se ha ido, así como mi cliente habitual, Don
Fernando, supongo que se cansó de venir a la taberna y harto de encontrarse
siempre el cierre echado, dirigió sus pasos a otros lares.
Han sido casi seis meses de ausencia en este blog. Pero mi
intención no ha sido nunca el dejarlo abandonado de forma definitiva. De
momento puedo decir que eso, nunca. Eso Jamás.
Aquí estoy. Apoyado en la barra. Esta vez desde fuera del
mostrador. Contemplando la luz que se filtra desde la puerta. Viendo a los
transeúntes pasar de largo. Si me he mantenido lejos de mi querida taberna, no
ha sido desde luego por dejadez o vaguería. Las circunstancias, en este caso,
excelentemente buenas, son las que no me han permitido ponerme al otro lado de
la barra a “servir vinos”, a crear entradas.
Pero si uno, pese a estar ocupado, no cierra puertas, pues
según Perogrullo, cuando vuelves, abiertas quedan. Y aquí estoy. No prometo
nada. No sé con qué frecuencia volveré a la Taberna. Siempre ha sido mi blog
personal, donde todo aquel que quisiera, podía entrar a tomarse una caña
conmigo, de modo que cuando quiera comentaros algo, por aquí estaré. Es posible
que tome este lugar y espacio, como sustitutivo del todopoderoso Facebook.
Últimamente ese lugar, Facebook, me trae más quebraderos de
cabeza que alegrías. De modo que por qué no mudarse aquí, a la taberna, de esa
forma no molesto ni ofendo a nadie, salvo que lo busquen a este lado de la barra,
naturalmente!
Aparte de mi querida taberna, los que me conocéis en persona
o los que seguís la taberna desde el principio, que sois pocos pero muy buenos
y fieles lectores, sabéis que no solo me muevo por esta “barra”. Escribo o
escribía en otros medios. Medios en los cuales también ha afectado mi retiro
espiritual de seis meses, alguno en mayor o menor medida que en otros.
El que más ha sufrido dicho retiro es: Juego de Troncos.
¿Qué pasó con Juego de Troncos? Nada. Sigue en activo.
Aunque la pregunta más bien sería…que paso con La gorra de
Mario
La gorra de Mario, fue un proyecto conjunto con un par de
buenos amigos. Cada uno de ellos llevaba un blog de diferente temática. Uno
estaba enfocado a la música, el otro a temas variados y estilos de vida y el
mío, a los videojuegos. Bien. El proyecto contaba con páginas en Facebook para
cada blog, así como sus correspondientes cuentas de Twitter. A los pocos meses,
decidimos unir fuerzas en un único blog, de ese modo, la frecuencia de
publicaciones estaría garantizada. De esa forma nació Juego de troncos y desaparecieron los restos de blogs y cuentas de
Facebook y twitter, a excepción de @lagorrademario como twitter, ya que
constaba de mil y pico seguidores, no quería cerrarla. En su lugar, transforme
“la gorra de mario” en una sección de videojuegos dentro de Juego de Troncos,
de esa forma daba salida a las entradas en el twitter de “@lagorrademario”.
Pero el tiempo y las circunstancias me jugaron una mala
pasada, respecto al tiempo que podía dedicar al blog. En su consecuencia, he
tenido que renunciar a Juego de Troncos, por tanto dicho blog es el que más ha
sufrido, como dije, las consecuencias de mi “retiro espiritual”, quedando
además ahora, la cuenta de Twitter de @Lagorrademario,
huérfana de blog. Si alguien quiere adoptarla, se la dejo por 200 pavos ;) es
broma…
Todo este lío de cuentas y blogs, quería de alguna forma
explicarlo. Ya que alguno me ha preguntado por el tema de ¿pero cuantas cuentas
tienes y por qué macho!!?
Bueno. Ahora que estoy solo y sin miedo a que pueda oírme,
si no, “pa que queremos más” diré que
pese a todo, al que más he echado de menos este tiempo, es a mi querido Abuelo
Cebolleta…Don Fernando.
Voz del Narrador: “De
pronto, una sombra se detiene en el quicio de la puerta de la Taberna. Una
figura se dibuja a contra luz. Una silueta de lo que parece ser una persona
entrada en carnes y años. Asoma su
hocico y a voz en grito dice: “¿Mario…eres tú?? Soy Fernando!!!
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